Tonos de Gris Pintados en tonos de gris, carentes de cualquier adorno que distraiga la mirada y atrapando la luz para después distribuirla redirigida con una sola función: dejar ver

Todos empezamos el año de la misma manera, entre tamales, rompope, fiestas, pólvora, amigos, y los propósitos de año nuevo.

Los propósitos de año nuevo son todas esas promesas o metas que la gente hace para cumplir en el año que está por venir, cosas como bajar de peso, ahorrar dinero, tratar mejor a la familia, … , en fin, todas esas cosas que la gente se promete año tras año, pensando que a partir del primero de enero todo va a cambiar y ser mejor, y todos los años falla en cumplirlas.

De que sirven todos los deseos de un feliz año nuevo, si al final del año los voy a hacer pedazos al recordar mi propósito del año, y ver como fallé en cumplirlo. Después de todo, de que sirve haber comprado carro, televisor, arreglarte con tu familia, progresar en el trabajo, … , si no se pudo bajar esas libritas de más que prometí bajar el año anterior?!!!

Pues no me pienso estropear el año nuevo! Y menos todavía, no pienso estropearlo antes de que empiece! Este año no pienso hacer propósito.

Si puedo construir casa, si puedo cambiar mi carro, si puedo bajar de peso, lo voy a hacer;. Y todas las cosas que quiero hacer en el próximo año, intentaré hacerlas, pero si al final de año no he podido realizarlas, voy a terminar pensando en todo lo que sí pude, y no amargándome y prometiendo otra vez todo lo que no pude hacer.

Ayer, 26 de diciembre, un terremoto de 9 grados en la escala Richter, originado en el sureste asiático, generando olas de hasta de 10 metros de alto (tsunami), que recorrieron miles de kilometros llegando hasta Africa inclusive, y destruyendo todo a su paso, ha dejado hasta el momento 24.000 muertos y 30.000 desaparecidos.

Mientras nosotros celebramos la venida de un año más, pensemos en aquellos que no lo verán y en aquellos que tendrán que luchar por recuperar sus pérdidas.

Ay! Que lindas que son las ticas!

Con respecto a la chicha que me llevé el otro día buscando televisor, la verdad es que al final de cuentas me cansé. No pienso pagar un montón de plata por un televisor que no se si va a durar hasta el final de la construcción de mi casa, y tenerlo en el cuarto de la casa en la que estoy viviendo ahora sería un desperdicio.

Si me hubiera podido comprar el televisor del que me dieron mal el precio, perfecto, porque era una diferencia muy grande con el precio real, pero al final de cuentas no salió, y por ahora voy a desistir la idea de comprar un televisor enorme de plasma.

Sí me gusta mucho la idea de tener un señor televisor en mi casa, que parezca un cuadro guindando en la pared, pero ha decir verdad no se cuanto falta para terminar mi casa. En el mejor de los casos, faltan por lo menos seis meses para terminar la construcción (que ni siquiera ha empezado). De aquí ha seis meses, los televisores serán más baratos, y costarán lo mismo pero con mejor tecnología.

Entonces, por mientras, me compré un televisor de 21 pulgadas plano, más que suficiente para ver películas en mi cuarto, jugar con el playstation 2 delgado que también me compré (que por cierto, fue por lo que empezó lo de comprarme un tele), y no tener que desbaratarme la espalda con los sillones de la sala.

Así que al final de cuentas, Santa sí vino.