Todos los años se celebra el 2 de agosto la aparición de la Virgen María en Cartago, y mucha gente lo hace por medio de una caminata desde su casa hasta el lugar de la aparición. En mi caso la caminata empezó en el Mall San Pedro, aproximadamente a unos 25 kilómetros de la basÃlica de los Angeles (la iglesia en la cual termina la romerÃa).
Me imagino que todo empezó en los tiempos cuando no había carro, y por lo tanto había que caminar hasta allá, y con el tiempo quedo como una muestra de Fe, la llamada «promesa», donde la gente pide algo a la Virgen y hace la caminata esperando ganárselo de esta manera.
Pero ahora no solo es una muestra de Fe, sino que ha evolucionado hasta convertirse en una tradición o un reto. No dudo que mucha gente todavía lo haga por devoción, en espera de un milagro, pero la romerÃa se ha comercializado mucho, y para mucha, yo incluído, es algo que es bonito que hacer.
Esta fue mi cuarta romerÃa, y ninguna la he hecho esperando algo acambio por parte de la Virgen o agradeciendo algo. No me tomen a mal, siempre agradezco por todas las bendiciones en mi vida, es simplemente que mi motivación es otra a la hora de ir de romero. Yo pienso que Dios y la Virgen aprecian más el hecho de haber invitado a mis amigos a comer, o haberle dado comida a un chiquito a un lado de la basÃlica de los Angeles, que haberme pegado una caminadota en la cual los únicos que ganan algo son los que me vendieron la comida, y no creo que ellos me la hayan vendido con mucha Fe.
A los que hicieron la romerÃa por una promesa, les deseo que la Virgen los haya escuchado, y a los que no la hicieron por Fe, espero que la hayan disfrutado tanto como yo.