En esta lectura que me pasó Nelson, Kevin Airgid nos dice cuando se debe despedir a un cliente
Cuando uno hace trabajos por su cuenta, aprende de la manera dura que hay clientes con los cuales es mejor terminar la relación.
A mí me ha pasado, pero en ese entonces creía que un cliente hay cuidarlo hasta la muerte. Como resultado, el proyecto no se termina, el cliente queda molesto, y hablará pestes sobre el trabajo realizado.
Por el contrario, cuando uno descubre que cierto cliente debería ser «despedido», y se hace de una manera profesional, aunque no queda totalmente completo, por lo menos no queda enojado, incluso clientes que he «despedido» me han recomendado a otros clientes, y de muy buena manera.
El problema con no despedir a un cliente, es que se invierte dinero y tiempo en un proyecto que no vale la pena, y al rato ni siquiera te van a pagar. El haber invertido tiempo y dinero, pero no ver resultados, puede conllevar a la frustración, especialmente cuando uno hace trabajos por cuenta propia para vivir, y uno no reacciona de la misma manera ante un cliente del cual ya esta cansado. El reaccionar mal ante un cliente, le permite ha este desde cancelar el proyecto hasta hecharle a uno la culpa por el fracaso.
Es mejor salir por la puerta grande, ser la mejor persona. Algunos clientes apreciarán el profesionalismo al ser despedidos, hablar bien de esto, o volverte a buscar cuando el proyecto se pueda consolidar. En el peor de los casos, por lo menos no tendrán nada malo que decir de uno.