Mi hermano Diego, cumplió 12 años el 14 de mayo, y como regalo de cumpleaños se me ocurrió llevarlo para que experimentara el bungee jumping. La fecha elegida fue el domingo siguiente, 16 de mayo, después de el ya tradicional desayuno en la casa de mi papá.
En Costa Rica, este deporte extremo se práctica apróximadamente un kilómetro antes del peaje de Naranjo, en el puente viejo sobre el río Colorado, que es uno de los puentes más altos en el mundo usados para esta práctica (80 metros).
Salimos alrededor de las 11am, y llegamos al puente cerca de las 12pm. Mi hermano se emocionó todo al ver a otras personas tirarse del puente, pero unas pequeñas gotas de sudor sobre el labio superior delataban su nerviosismo. Hablamos con el encargado, arreglamos el pago, 11000 colones por el primer salto, y 6000 por salto adicional, le pusieron el arnés a Diego, lo subieron a la plataforma de salto, y a la hora de la hora, los nervios ganaron, y Diego no pudo saltar.
Los deportes extremos no son para todos, inclusive yo, que ya he saltado del mismo puente, podía sentir mi corazón latir al ver a mi hermano parado al border de la plataforma. Talvez probaremos suerte otra vez cuando tenga más edad, por ahora, feliz cumpleaños Diego, y el simple echo de pararse al borde de la plataforma es una gran seña de valentía.